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POLíTICA

Miguel Tamargo Suárez 20 años como Alcalde de Las Regueras

Lunes 24 de Abril del 2017 a las 11:51


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Miguel Tamargo Suárez fue el tercer alcalde de Las Regueras en la época de la democracia, precedido de Joaquín Aza y José Antonio Pérez, ambos ya fallecidos.

Dice la canción que 20 años no es nada, pero en el caso de Tamargo fueron nada menos que  5 intensas legislaturas como regidor del municipio bajo las siglas del PSOE, las dos últimas con mayoría.

Llegó a la alcaldía en las elecciones de 1991 casi de manera anecdótica. No cabe duda que le gustaba la política pero no había pensado seriamente en dedicarse a ella. Una tarde de sidras en Casa Concha junto a sus propietarios los hermanos Cipriano y Pepe, este era entonces el alcalde del municipio, fue la culpable. Miguel, en mitad de una conversación en la que mantenía discrepancias con sus interlocutores, dijo ¿a que me presentó a las próximas locales?   Cipriano le contestó ¿a qué no? Aquella noche se acostó con la idea clara de competir por la alcaldía, algo de lo que se arrepintió a la mañana siguiente y que comentó con los dos hermanos, estos le dijeron "Venga Miguel, palante".

Las votaciones en las que competían 4 partidos políticos PSOE, CD, AP y PCE, no le dieron la mayoría, consiguió 3 ediles de un total de 11. Pactó con el CD, que se quedó con la tenencia de alcaldía,  y empezó así su larga carrera al servicio del concejo reguerano y de sus vecinos, a los que terminó conociendo uno a uno. En su equipo de gobierno incluyó, por vez primera en el concejo, a una mujer, Ramona Blanco de Biedes. En los siguientes comicios del 95 y del 99 obtuvo 5 concejales, pactó con el CDS en los primeros, en los segundos con IU. La mayoría absoluta le acompañó en sus dos últimas legislaturas con 7 concejales de su grupo. Fue en esta época cuando trabajó "liberado" en el consistorio, se necesitaba a alguien que estuviera allí a tiempo completo, y como él era el que lo hacía planteó su liberación.

Tenía un pequeño despacho a la entrada del salón de plenos que no le permitía mucha privacidad,  lo usaba poco, era más fácil verlo por el concejo pendiente de la realidad palpable.  No disponía de ordenador porque como él dice señalando a su cabeza, el ordenador está aquí.

4 lustros fueron más que suficiente, en el 2011 decidió que ya era hora de dejar paso a otros, y disfrutar de su jubilación después de una vida en la que compaginó la política con los trabajos al frente de la fábrica de pinturas que regentó en Gijón junto con sus socios. Hoy, vive retirado de la vida pública en su preciosa casona asturiana a orillas del río Soto a su paso por Paladín. Su tiempo lo absorben su familia, las largas caminatas matinales acompañadas del fiel Ayto., el jardín, la huerta y los trabajos de cantería en los que es un autentico experto. Se nota en todo lo que le rodea que es un trabajador incansable y sobre todo, que le gusta la perfección.  Me hace partícipe de lo que será su próxima tarea, la colocación artística de dos viejas muelas de molino que reposan en el césped, para sobre ellas colgar un buen número de plantas.

Ya que lo he mencionado permítanme que les presente a Ayto., un pequeño perro que no se separa de Miguel y que fue el regalo de todo el personal municipal en la despedida. El nombre ya venía impuesto y no pudo ser más acertado.

La otra despedida se la hicieron los vecinos, en torno a 200 se reunieron en una cena homenaje que logró emocionar al alcalde y a la persona.

Hablamos de su época como político... si bien a nuestro protagonista le gusta decir que él, más que político, fue un vecino con ganas de trabajar por el concejo.

- Entre la primera campaña electoral del 91 y la última ya en el siglo XXI ¿qué diferencias destaca?

La más importante, la evolución de Las Regueras en sentido positivo. Lo que cambió el concejo en conjunto, en comunicaciones, servicios, infraestructuras y lo mucho que mejoraron  sus casas. Mis campañas electorales se hicieron visitando uno a uno todos los hogares,  casi siempre me recibían en las cocinas ante un café o una copa de anís de guindas. Esas cocinas de los primeros tiempos, humildes y sencillas, dieron paso a otras lujosas y modernas con todas las comodidades que existen. Eso me da mucha alegría.

- ¿Cómo era la situación del consistorio a su llegada?

No puedo decir que estuviera mal, en absoluto, pero había mucho descontrol. No hice Auditoría y  en el aspecto contable no estaba al día, había bastante desorganización, y matizo que hablo solo de desorganización.

-  Problemas que fueron un lastre...

El polideportivo.

De la noche a la mañana el Ayuntamiento fue el heredero para lo bueno y lo malo de un centro deportivo que se caía y que acumulaba deudas con Hacienda, Seguridad Social, con los bancos y con los propios trabajadores... 56 millones de las antiguas pesetas a los que tuvimos que hacer frente, eso sí negociando en la medida de lo posible los pagos, no solo con los organismos oficiales y bancos, también con el personal que cobró las indemnizaciones a plazos. Aún hoy se me sigue criticando por no haber dado vida a las viejas instalaciones. Pónganse en mi lugar, remodelación completa de las piscinas, en el interior de los locales se llovía... !Cuanto tenía que gastar además de la deuda! Lo que nunca entenderé es porque si los terrenos eran municipales y hubo una cesión para hacer el polideportivo, este pasó a ser privado para socios y no público. Al final poca gente de Las Regueras lo frecuentaba y los usuarios eran casi todos de otros municipios.

- ¿Que fue lo que más le hizo trabajar?

La red de aguas sin duda. !Mucho trabajamos Amadeo (el fontanero municipal) y yo!, hasta las tantas de la mañana arreglando averías o subiendo el gasoil a  horas intempestivas para que no pararan los motores.  Hicimos de fontaneros, electricistas, mecánicos y de peones con el barro hasta más arriba de las rodillas.

La Cooperativa de aguas encargada del abastecimiento al municipio tenía tantos problemas en su gestión y en el suministro que al Ayuntamiento no le quedó otra que municipalizar el servicio en el año 88. Poco antes la cooperativa había comprado los terrenos de la Mofosa porque el manantial de La Fontona en Cogollo ya era escaso y no iba bien. Esos terrenos albergaban un manantial subterráneo que unos metros más abajo brotaba a un río, pero no se habían realizado tareas de captación, así que me puse manos a la obra, consciente de las necesidades del municipio y de que allí había mucha agua. 

La Mofosa abastece en la actualidad a la mayor parte del municipio.

En aquellos tiempos el agua se extraía del río con dos motores fijados en sendas "barandas de álamo" que funcionaban con gasoil, allí en medio de un monte no llegaba la electricidad. Amadeo Tamargo, el entonces fontanero municipal,  y yo  subimos un depósito con capacidad para 200 l. que conectamos con dos tuberías a los motores. Pongo cara de sorpresa y me dice, escuchaste bien, sí, con capacidad para 200 l.  Después el agua caía por su propio peso hasta los depósitos de los distintos pueblos. Eso sí reconozco que el servicio era muy deficiente, tanto, que había suministro de agua día sí día no.

Había que trabajar duro y buscar una solución, lo más inmediato era llevar la electricidad a la zona, costó 14 millones  de pesetas, fue una empresa de Palencia la que se hizo cargo de los trabajos. Hacer una sala de bombeo, construir el depósito matriz un poco más arriba y  llevar el agua hasta él supuso otros 51 millones de pts. El ingeniero a cargo negaba la posibilidad de que el agua pudiera entrar en el nuevo depósito sin bombeo, Amadeo aseguraba que si y le retó a una demostración. "Venga mañana a primera hora y ya verá...". Puntual, a las 9.00 h del día siguiente, el ingeniero llegó justo a tiempo de ver como de una manguera atada a un palo colocado en el techo del depósito, manaba agua sin necesidad de ningún otro artilugio.  !Amadeo era tremendo, como entendía el asunto. Y qué gran paisano!

Más adelante recogimos el manantial del Espolón... Vaya, que en tema de agua se invirtieron  unos 500 millones de pesetas.

Sin duda el agua fue mi mayor preocupación y lo que más me hizo trabajar, pero hubo momentos de grandes logros con las consecuentes alegrías.

- Tenía Vd. fama de picar en las puertas de todas las Consejerías buscando soluciones y dinero para los problemas más acuciantes de Las Regueras...

Bueno... con un presupuesto local escaso había que buscarse la vida.

Traté más con los Directores Generales que con los propios Consejeros. Llegaba a ellos con una idea o ya con un proyecto, se lo presentaba y luego les convencía. Lo importante era llegar con la verdad por delante.  No voy a negar que en mis tiempos había más dinero con el que hacer cosas... a mí no me afectaron los recortes.  De todas formas me gusta gastar lo justo, no despilfarrar y ahorrar en la medida de lo posible.

En una ocasión y volviendo al tema del agua, fui con la necesidad de abastecer el pueblo de Cogollo. La Consejería estudió el asunto y presupuestaron 10.000.000, siempre hablo de pesetas, pero en aquel momento no disponían de ellos. Yo les dije si me dais la mitad me arreglo. Y así fue como con 5.000.000 y el trabajo, no de una empresa externa, sino de los propios obreros municipales salimos adelante, incluso les pude pagar una prima o incentivo.

- ¿Que era lo que más demandaban los vecinos?

Además del agua los caminos.

Aquí también hubo una pelea constante y más de un quebradero de cabeza, algún disgusto fuerte me costó. Todos querían tener una buena carretera que les diera servicio pero a la hora de ceder terrenos surgió algún que otro problema. Ya dije antes que en la medida de lo posible me gusta ahorrar, así que soy poco partidario de expropiaciones innecesarias. Me explico: 1 ó 2 metros de finca no suelen suponer una gran pérdida para el propietario que en la mayoría de las ocasiones se beneficia del nuevo vial. Me sentaba a charlar con ellos, casi siempre ante esa taza de café o copa de guindas que siempre me ofrecían, y les hacía ver lo que acabo de explicar. Al final casi todos cedían, la verdad que unos antes que otros y en alguna ocasión a las una de la mañana, después de pegar un puñetazo sobre la mesa, salía con un sí de la casa  y encima dos copas de esas.

Se hicieron muchos caminos pero me quedaron algunos pendientes como en Biedes el del Xugal y el Pozón de Mariñes.

- ¿Cómo afectó a Las Regueras el boom urbanístico?

Se hicieron muchas viviendas nuevas. Yo esperaba que eso trajera un importante aumento de población.

Hubo un proyecto de hacer chalets en la zona de La Berruga, en el Escamplero edificaciones para servicios múltiples, incluso un nuevo Ayuntamiento frente a la casa de cultura en Santullano. Nada de aquello salió adelante, se truncó cuando ya se habían dado los primeros pasos con una empresa interesada, y ahora con el paso del tiempo me doy cuenta de que fue una suerte. Si hubiéramos empezado con aquello la crisis nos habría pillado y no quiero ni pensar en las consecuencias.

Al menos conseguimos un nuevo Ayuntamiento remodelando por completo el anterior. Las obras concluyeron un año después de que dejara de ser alcalde y me gusta el resultado.

En mi etapa hubo dos planes urbanísticos. El primero de ellos amplió núcleos, con el segundo las órdenes de más arriba era reducirlos, así que tuve que luchar para que por lo menos se mantuvieran los existentes. Pero ya se sabe, estos planes no convencen a todos y siempre son muy criticados.

Lo que siempre tuve claro es que no debíamos perder nuestra identidad rural, preservar el paisaje, tanto en el tema de urbanismo como de carreteras o autovías.

- ¿Y aquella subestación que Red Eléctrica pretendía en la zona de Corqueo? logró una movilización en el concejo sin precedentes,  incluso hubo una manifestación en Santullano.

La subestación terminó en Santa María de Grao, a unos metros de Las Regueras. Nosotros abrimos las ventanas de nuestras casas y la vemos, la sufrimos. Ahí la tenemos, delante de las narices, pero el dinero de los impuestos lo cobra el Ayuntamiento de Grao.

- Pero Vd. se posicionó en contra de la subestación ¿no?

Lo hice porque eso era lo que querían los vecinos, respeté y apoyé lo que parecía ser el sentir mayoritario, pero a mí no me incomodaba en Corqueo, creo que nos molesta mas donde finalmente se ubicó.

- De su etapa queda entre otros, el Centro de Día de Trasmonte que fue pionero en Asturias.

La asistente social que teníamos, Ángeles Piquero, movió mucho el tema. Incluso viajó a Vitoria a conocer uno similar y ver cómo funcionaba.

Copiamos el formato y lo adaptamos a nuestra realidad, fue efectivamente el primero de Asturias. Inicialmente lo abrimos en el edificio de la Casa de Cultura en Santullano, aprovechando su remodelación completa donde entre otros instalamos la biblioteca. El CRAD tuvo muy buena aceptación y se llenó de usuarios, hasta el punto de que se quedó pequeño. Tuvimos que buscarle nueva ubicación, en  Trasmonte había un local perfecto y ahí sigue. Creo que fue y es muy beneficioso para nosotros teniendo en cuenta que hay mucha población envejecida y que vive en núcleos dispersos.

- En un concejo como este sin industrias, ¿de dónde sale el dinero para el presupuesto municipal?

Hay que buscarse la vida... De todas formas en mi etapa se pusieron a funcionar las mini centrales de Valduno, (aunque me costó un pequeño altercado con mi teniente alcalde) con los consiguientes ingresos anuales para las arcas municipales; los eólicos de Cogollo también suponen dinero, además en su momento conseguí que nos pagaran por la licencia y por la obra civil, fueron unos 56.000.000 pts.

- ¿Celebró muchas bodas civiles?

Unas cuantas y no tuve muy buena mano.  Muchos de ellos se divorciaron, incluso aquellos a los que casé por segunda vez.

- ¿Ser alcalde tanto años le hizo perder amigos?

 Sí, perdí algunos pero gané muchos más. Cuando eres alcalde hay que decir al pan pan y al vino vino, y entonces seguro que pierdes amigos.  Hubo ocasiones en las que después de una pequeña discusión en mi despacho con alguien que quería aquello que no se podía, me lo encontraba en el bar y le invitaba a tomar algo. Pero bueno, me decía, que acabamos de tener una palabras... Sí hombre sí, pero eso fue con el alcalde no con el paisano.  

- Hoy, 6 años después, ¿qué queda de aquel alcalde?

Esos amigos que decía, además las ideas y las ganas de trabajar no se pierden. Siento aún el cariño y el reconocimiento de la gente por el trabajo realizado. Y yo por supuesto sigo a disposición de los vecinos en todo momento.

- Alguna anécdota al frente de la alcaldía...

Seguro que hay más de una pero en este momento no me acuerdo.

Cuando se celebraba el día del jubilado en el colegio y se repartía a los asistentes una bolsa con el bollo preñao, la manzana y la bebida, se me acercó un vecino y pidió la bolsa que le correspondería a su esposa que se había quedado en casa. Le dije que primero había que dársela a los asistentes. Un exconcejal quiso intervenir en favor del otro. Así que les dije, venga los dos para el bar y no me saquéis de quicio.  Al final les dejé "castigados"  sin su bolsa...

En otra ocasión en la que Berta y yo llegamos de vacaciones, nos encontramos con que la pareja de raza gitana que vive en el concejo iba a celebrar su matrimonio religioso al día siguiente y todos los que se habían ofrecido para ir de padrinos se echaron para atrás. Eso no es un problema Ángel, vamos nosotros. Nos vestimos de gala, yo fui con una chaqueta de cruzar y me puse una flor en el ojal. Y se casaron!.  Aún hoy cuando me ven me dicen: ¿Cómo está Vd. Sr. Padrino? siguen agradecidos.

- Para terminar la entrevista ¿me permite hacerle una foto?

Sí, pero sácame como un paisano de pueblo que soy.

Hicimos varias, era imposible que no le entrara la risa o hiciera gestos graciosos y entonces era yo quien se reía... después de un rato y sentado en su silla preferida en el salón, captamos la instantánea del paisano de Paladín que para los regueranos siempre será Miguel "El Alcalde".

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